La casa ha sido durante siglos la unidad de base de la vida social, económica y política de la Val d'Aran. Sólo como miembro de una casa, un aranés podía acceder a los bienes comunales, participar en la vida comunitaria y garantizar así su subsistencia. La casa ha constituido siempre un elemento clave para la identificación personal, que ha permitido situar a cada persona y relacionarla con una residencia, una propiedad, incluso como una manera de pensar.
Desde el siglo XVII, ço de Joanchiquet ha sido una de las casas más ricas no sólo de Vilamós sino también de todo el Bajo Aran. El primer dueño conocido es Joan Aunôs, un vecino de Vilamós que vivió durante la segunda mitad del siglo XVI. A este le siguieron diez generaciones de herederos de la misma familia. La casa estuvo habitada hasta finales de los años sesenta del siglo XX.
En la restauración del Ecomuseo Ço de Joanchiquet, iniciada el año 1995, se ha intentado conservar el mobiliario y la atmósfera que la casa tuvo durante las primeras décadas del siglo XX
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